Información de la obra y contexto de creación
T'amo mia vita pertenece a la obra Madrigali per cantare et sonare compuesta en las últimas décadas del siglo XVI por el italiano Luzzasco Luzzaschi y estaba destinada a ser interpretada por un grupo de mujeres, conocido como Concerto delle donne.
las obras de Luzzaschi están altamente seccionadas y se basan en temas melódicos, en lugar de estructuras armónicas. Sus ornamentados madrigales ofrecen saltos melódicos discordantes y disonancias armónicas que contrastan marcadamente con el cuidadoso tratamiento de la disonancia durante la mayor parte del siglo XVI y están estrechamente relacionadas con el Concerto delle donne.
En la Europa del Renacimiento, y especialmente en Italia, muchas de las cortes se convierten en auténticos centros de cultura musical, en los que las mujeres son organizadoras y protagonistas de los eventos musicales. Así es como nobles y reinas, las intelectuales de los siglos XV y XVI, tras ser instruidas en el arte de cantar y tañer instrumentos, componen y empiezan a publicar sus propias obras. Al mismo tiempo, los conventos y monasterios femeninos continúan siendo centros en los que se mantiene la instrucción musical. Entre sus muros, se gestan nuevas composiciones, aunque muy pocas de ellas hayan llegado hasta nuestros días.
“Margherita Gonzaga, madama di Ferrara, tenía a su servicio un concierto de intérpretes que en reuniones nocturnas interpretaban la música secreta, caracterizada por el virstuosismo vocal, ornamentos, trinados y cadencias, probablemente improvisadas. Tocaban instrumentos de viento o violas. Eran reconocidas socialmente y además tenían buenos sueldos”. “El mismo modelo era copiado en otros estados italianos. A principios del XVII Ercole Bottriogari hace referencia a los conciertos de Ferrara, de Venecia y de los de Verona, dirigidos por un maestro o por una “reggitrice” que marca el tempo” (Roselló, 1998).
Estas mujeres músicas heredan el oficio de las trobairitz medievales, que, a su vez, recogen el saber hacer y la tradición de la lírica profana de las Esclavas Cantoras de Al-Andalus.
Algunas de las músicas renacentistas que desarrollan este legado son Lucrezia Tornabuoni, Isabella de Medici, Eleonora Orsini, Isabella d’Este, Vitoria Colonna, Maddalena Casulana, Gracia Baptista, Anna Bolena, Vittoria y Raffaella Aleotti. En el Barroco, sucesoras fueron Bárbara Strozzi o Francesca Caccini
Indicaciones
El madrigal T'amo mia vita destinado a ser interpretado por un grupo de mujeres se puede abordar en la Eduación Secundaria, tanto en Música como en Historia del Renacimiento, cuando se haga referencia a la genealogía de mujeres cultas que hacen música en las cortes para el disfrute de la nobleza. Igualmente, esta obra puede servir para ejemplificar cómo era el ambiente cultural en las cortes renacentistas influidas por el ideal humanista.
En cuanto al estilo musical puede utilizarse para explicar la transición estilística del Renacimiento al Barroco musical.
En los Conservatorios profesionales y Enseñanzas Artísticas Superiores de Música, en la especialidad de Canto.
En la Universidad, dentro de la fomación del profesorado, se puede abordar para el estudio de la escucha activa y la visibilización de obras interpretadas por mujeres.
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