Información de la obra y contexto de creación
Este Prèlude es una música navideña inspirada por unos pequeños versos que la preceden:
“…los pastores estando despiertos vieron a los Ángeles en los cielos que iban a Belén; el aire se llenó de sus cantos, luego se fueron... Entonces los pastores oyeron que había nacido el Salvador, fueron a adorarlo..."
En el preludio se ciñe a la utilización de pequeñas formas “más permitidas” en el siglo XIX a las mujeres, y además, en auge a fines de siglo. Podemos observar en la obra la evolución que ha experimentado su lenguaje, no tan romántico, más impresionista. En paralelo a la evolución que experimentaría la música francesa a fines de siglo XIX de la mano de Debussy que, no olvidemos, alababa el talento de la compositora.
Consciente de “la indiferencia que saluda las obras de una mujer compositora” (palabras de la propia Augusta), publica sus primeras partituras bajo el seudónimo de Hermann Zenta, antes de abandonar esta práctica para publicarlas bajo su propio nombre, gracias a ser la única beneficiaria de la fortuna de su padre que la estimuló a desarrollar su talento. Lo mismo sucedió con Mélanie Hélène Bonis (1858-1937) que adoptó la forma más andrógina de su primer nombre, Mel, debido a las dificultades que como mujer encontró para componer.
Al igual que Ethel Smyth (1858-1944), compositora contemporánea que admiraba su obra, su producción se centra en las grandes formas (sinfonías dramáticas, poemas sinfónicos, óperas) no propias de las mujeres. La música poderosa y enérgica de Holmès da testimonio de cómo esta mujer se mantuvo firme en un ámbito dominado por los hombres. Por ello, a menudo, sus composiciones eran caracterizadas como "masculinas" y "viriles”.
Augusta Holmès será la tercera mujer, tras Elisabeth Jacquet de la Guerre (1665-1729), autora de Cephalus y Procris, y Louise Bertin (1805-1877), creadora de Fausto y La Esmeralda, en ser programada en el escenario de la Ópera de París. Y la única mujer, junto a Louise Bertin, en estrenar su ópera en París en el siglo XIX. Precursoras de Holmès en las grandes formas podríamos considerar entre otras a Marianna von Martinez (1744-1812), Therese von Paradis (1759-1824) o Ingebort von Bronsart (1840-1913).
Su impresionante producción musical también incluye piezas para piano solo y más de ciento treinta canciones. Naturalmente dotada, ambiciosa y apasionada por las artes, Holmès construye sus obras desde principio a fin, sin dejar nada al azar.
Podemos relacionar con la obra y personalidad de Holmès, entre otras, a la compositora inglesa Elisabeth Lutyens (1906-1983) que destaca por su valentía y su implicación en la nueva música, además de ser una de las compositoras más prolíficas del siglo XX; a la compositora canadiense Violet Louise Archer (1913-2000) ampliamente reconocida por su dominio de las técnicas musicales tradicionales y contemporáneas, y por su gran y diversa obra; a la prolífica e innovadora compositora francesa Germaine Tailleferre (1892-1983); y a la considerada por muchos como la matriarca y la más importante pionera de la música contemporánea australiana Margaret Sutherland (1897-1984).
Indicaciones
Esta obra está indicada para ser trabajada de 3º a 5º de Grado Profesional en los Conservatorios de Música, dependiendo del objetivo del estudio de la pieza y del nivel de los estudiantes.
La búsqueda de sonoridades y la correcta utilización de los pedales es fundamental para dotar a la obra de la necesaria expresividad y la amplia gama de matices (desde PPPP a F) que nos exige la compositora. La profusión de mordentes en el Andantino exige suficiente flexibilidad y rapidez digital. Destacamos la dificultad añadida entre los cc. 14-20 donde la melodía se traslada a la mano izquierda, los trémolos de octava en los cc. 21 y 28, y el tratamiento de los acordes que buscan crear una atmósfera. El largo religioso, en amplios acordes, debe ser muy legato para que la melodía (en la voz superior) no se pierda en las figuras largas.
En Educación Secundaria, la obra es un claro ejemplo de los inicios de la música impresionista. Además, Augusta Holmès es una gran compositora que transgredió uno tras otro todos los tabús de su época, por lo que podría ser trabajada en Igualdad y Valores éticos.
En la Universidad es relevante su uso en materias con competencias en escucha, didáctica y análisis musical, visibilizando y valorando la música de las compositoras.
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