Antonia Bembo es una compositora que sigue la estela de Francesca Caccini quien se enmarca en el primer Barroco italiano (S. XVII) y estilísticamente, en la tradición de la seconda pratica. Otras compositoras relevantes de este periodo son Caterina Assandra, Barbara Strozzi (quien fue inspiradora en la técnica conmpositiva de Bembo), Isabella Leonarda, Elisabeth Jacquet de la Guerre y Elisabeth Sophie Cheron. También son muy importantes en este momento las primadonnas: virtuosas del canto e ídolas de masas que también componían sus obras. Destacaron Francesca Cuzzoni, Adreana Baroni y sus hijas Leonora y Catterina.
Anteriormente, se puede rastrear la tradición de la música vocal profana desde la gran Safo en la Antigüedad. Prosiguen esta genealogía de compositoras y músicas las qaynat árabes y las trobairitz que cantan el amor cortés. Ya en el Renacimiento la continúa Maddalena Casulana y, con posterioirdad a Bembo, contonua con las creadoras: Maria Teresa Agnesi Pinottini, Elisabetta de Gambarini, Anna Bon y Maria Rosa Coccia.
La actividad musical de estas compositoras se incrementa con la consolidación de los salones con Marianne von Martínez y Maria Theresia von Paradis en el Clasicismo o Fanny Mendelssohn y Clara Schumann en el Romanticismo. Toda esta tradición y estos referentes sustentan la base sobre la que las compositoras del siglo XX pudieron desarrollar sus carreras musicales con muchos más medios y menos dificultades que sus valientes predecesoras.