Información de la obra y contexto de creación
Se trata de una obra escrita para cuatro voces (soprano, alto, tenor y bajo) cuyo texto en latín narra la visita de la Virgen María a su prima Isabel. En 1723, 45 años después, el compositor barroco alemán Johan Sebastian Bach (1685-1750) utilizó de nuevo el mismo texto del Magníficat en la ciudad de Leipzig. Este texto solía interpretarse antes de las misas en las grandes festividades y es menos extenso que una cantata y además de los citados autores, ha sido utilizado por numerosos compositores a lo largo de la historia de la música.
La claridad y sencillez de la pieza podrían relacionarse por las decisiones del Concilio de Trento. Este fijó los criterios de un nuevo estilo musical que rechazaba los préstamos del arte profano y las sofisticaciones técnicas. Buscó la vuelta a un lenguaje claro que preservara la inteligibilidad de las palabras. Ello se debió a la excesiva presencia del espíritu profano en la música religiosa, la compleja polifonía que impedía la comprensión del texto y el excesivo uso de instrumentos para acompañar al canto litúrgico (Reese, 1988).
El Magnificat Op.8 de Isabella Leonarda encarna la vitalidad del texto litúrgico que lleva el mismo título, el cual expresa la alegría de María al ver la encarnación de Jesús. En el Barroco era común representar las pasiones de los textos mediante técnicas musicales. Está escrito en la tonalidad de Re Mayor,que en la época estaba considerada como la tonalidad de la gloria, con solo pequeñas alteraciones propias de las tonalidades cercanas como La Mayor. Leonarda usa una constante reafirmación del centro tonal a partir de unas cadencias claras, austeras y contundentes; el uso de un contrapunto imitativo sencillo evita contrastes armónicos y dirige la atención al juego que se establece entre las voces (pequeños cánones y diálogos). Estos elementos enfatizan el texto y permiten al oyente entenderlo en todo momento, es decir, prioriza la accesibilidad al contenido litúrgico a la vez que evita similitudes con la música profana. La técnica compositiva de Leonarda se aleja del stile antico y se acerca más al estilo más característico de Claudio Monteverdi. Pero a diferencia del estilo madrigalista de este (que menudo intenta destacar conceptos y palabras relevantes de los textos) Leonarda mantiene una homogeneidad en cuanto a textura y color durante toda la pieza, evitando énfasis más allá de los propios de la interpretación de la música de la época. Se observa un esfuerzo por mantener la austeridad y el claro mensaje de alegría y esplendor del texto.
Antecesoras de Leonarda podemos considerar a Maddalena Casulana (1540-1590) considerada la primera mujer compositora que tuvo un volumen entero exclusivo de su música impresa y publicada, la propia Isabella vería también su obra publicada; a las también monjas, las hermanas Vittoria (1573-1620) y Raffaella Aleotti (1570-1646) escritoras de madrigales y motetes respectivamente.
En la época de la Musa Novarese había pocas mujeres que compusieran música puramente instrumental. Con posterioridad lo haría, por ejemplo, la compositora francesa Elisabeth Jacquet de la Guerre (1665-1729), pero figuras famosas como Francesca Caccini (1587-1640) y Barbara Strozzi (1619-1677) produjeron principalmente música vocal. Solo a fines del siglo XVIII encontramos música instrumental con mayor frecuencia: obras orquestales de María Teresa D’Agnesi (1720-1795), la primera colección de música para teclado de la compositora inglesa Elisabetta de Gambarini (1731-1765), los conciertos y música de cámara de Maddalena Lombardini Sirmen (1745-1818), la música sinfónica de Marianna Martines (1744-1812) e incluso las marchas militares de Anna Amalia de Prusia (1723-1787). Solo dos italianas, por tanto, son conocidas por haber contribuido a este género de música instrumental de forma temprana: Leonarda con su Opus 16 y Marietta Morosina Priuli (fl. 1665).
Indicaciones
La obra está escrita en la tonalidad de Re Mayor, tonalidad imperante durante toda la obra (considerada la tonalidad de la gloria), con sólo pequeñas alteraciones propias de las tonalidades cercanas como La Mayor, pero básicamente anecdóticas y que dan a la pieza un carácter poco modulante. Leonarda usa una constante reafirmación del centro tonal a partir de unas cadencias claras y austeras; el uso de un contrapunto imitativo sencillo evita contrastes armónicos y dirige la atención al juego que se establece entre las voces (pequeños cánones y diálogos). Estos elementos enfatizan y permiten al oyente la comprensión del texto en todo momento.
Se puede utilizar esta obra como ejemplo de música sacra, en concreto, el motete; comparar los estilos musicales antes y después del Concilio de Trento para subrayar las diferencias; comparar con los Magnificat de otros compositores y compositoras.
La calidad de las obras de Leonarda hace que deba ser trabajada en distintas materias de Educación Secundaria como en Historia e Historia de la Música, ideal para estudiar las distintas formas y géneros de la música sacra.
Por la misma razón su obra puede ser utilizada en los Conservatorios de música en distintas especialidades instrumentales, pero sobre todo en las materias de Coro, Historia de la Música y Análisis.
En la Universidad, es relevante su uso en materias con competencias en escucha, didáctica y análisis musical, visibilizando y valorando la música de las compositoras.
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