Información de la obra y contexto de creación
En 1888 Holmès compuso una Oda sinfónica, Ludus pro Patria, para glorificar a Francia, donde fusiona temas bélicos y románticos casi a la perfección.
Naturalmente dotada, ambiciosa y apasionada por las artes, Holmès construye sus obras de principio a fin, sin dejar nada al azar: desde el poema que ella misma escribe, como Wagner, su modelo a seguir, hasta el nombramiento de Mounet-Sully que exige expresamente para el papel de narrador. Su elección del género oda sinfónica, caracterizada por la presencia de un narrador, es muy significativa ya que pretendía, a su manera, desdibujar los límites entre ópera, sinfonía y oratorio, y contribuyó a la búsqueda del ideal de la “obra de arte total” wagneriano. La Nuit el l'Amour es un interludio puramente sinfónico, la compositora indica “Andante amoroso”, que se hace eco de los tiernos y apasionados versos:
“¡Amor! ¡Inspiración del éxtasis fructífero!/¡Amor! conquistador de conquistadores / Que haces sonrojar a la virgen al tocar tu ala, […] / Une labios y corazones!”
La melodía lírica principal, tocada primero por los violonchelos, se despliega en un gran crescendo orquestal hasta llegar a la sección central al unísono y en un amplio forte. La influencia del maestro alemán se puede ver en la forma en que superpone frases, así como en su estilo de escritura de cuerdas que recuerda al preludio de Lohengrin. Esta pieza musical fue transcrita por la propia compositora para piano solo bajo el título La Nuit y publicado en París por Léon Grus, editor.
Consciente de “la indiferencia que saluda las obras de una mujer compositora” (palabras de la propia Augusta), publica sus primeras partituras bajo el seudónimo de Hermann Zenta, antes de abandonar esta práctica para publicarlas bajo su propio nombre, gracias a ser la única beneficiaria de la fortuna de su padre que la estimuló a desarrollar su talento. Lo mismo sucedió con Mélanie Hélène Bonis (1858-1937) que adoptó la forma más andrógina de su primer nombre, Mel, debido a las dificultades que como mujer encontró para componer.
Al igual que Ethel Smyth (1858-1944), compositora contemporánea que admiraba su obra, su producción se centra en las grandes formas (sinfonías dramáticas, poemas sinfónicos, óperas) no propias de las mujeres. La música poderosa y enérgica de Holmès da testimonio de cómo esta mujer se mantuvo firme en un ámbito dominado por los hombres. Por ello, a menudo, sus composiciones eran caracterizadas como "masculinas" y "viriles”.
Augusta Holmès será la tercera mujer, tras Elisabeth Jacquet de la Guerre (1665-1729), autora de Cephalus y Procris, y Louise Bertin (1805-1877), creadora de Fausto y La Esmeralda, en ser programada en el escenario de la Ópera de París. Y la única mujer, junto a Louise Bertin, en estrenar su ópera en París en el siglo XIX. Precursoras de Holmès en las grandes formas podríamos considerar entre otras a Marianna von Martines (1744-1812), Therese von Paradis (1759-1824) o Ingebort von Bronsart (1840-1913).
Su impresionante producción musical también incluye piezas para piano solo y más de ciento treinta canciones. Naturalmente dotada, ambiciosa y apasionada por las artes, Holmès construye sus obras desde principio a fin, sin dejar nada al azar, al igual que Wagner, su ídolo.
Podemos relacionar con la obra y personalidad de Holmès, entre otras, a la compositora inglesa Elisabeth Lutyens (1906-1983) que destaca por su valentía y su implicación en la nueva música, además de ser una de las compositoras más prolíficas del siglo XX; a la compositora canadiense Violet Louise Archer (1913-2000) ampliamente reconocida por su dominio de las técnicas musicales tradicionales y contemporáneas, y por su gran y diversa obra; a la prolífica e innovadora compositora francesa Germaine Tailleferre (1892-1983); y a la considerada por muchos como la matriarca y la más importante pionera de la música contemporánea australiana Margaret Sutherland (1897-1984).
Indicaciones
Ludus pro Patria está indicada para ser trabajada en la asignatura de Orquesta en los Conservatorios Superiores o en la asignatura de Historia de la Música en los Conservatorios Profesional y Superior.
En Educación Secundaria, la obra es un claro ejemplo de música programática romántica por lo que podría trabajarse en la asignatura de Música. Además, Augusta Holmès es una gran compositora que transgredió uno tras otro todos los tabús de su época, por lo que podría ser trabajada en Igualdad, Valores éticos, etc.
En la Universidad es relevante su uso en materias con competencias en escucha, didáctica y análisis musical, visibilizando y valorando la música de las compositoras.