Dentro de un lenguaje vanguardista Kaija Saariaho sobresale por su trabajo en la música vocal y sobre todo la música escénica, con varias óperas en su haber. Compositoras que han destacado en el mundo de la ópera han sido, entre otras, las inglesas Ethel Mary Smyth (1858-1944) y Elizabeth MaConchy (1907-1994), las escocesas Thea Musgrave (1928) o Judith Weir (1954), la australiana Peggy Glanville-Hicks (1912-1990), la francesa Germaine Tailleferre (1892-1983), la estadounidense Alice Shields (1943) o las españolas Matilde Salvador (1918-2007), Raquel García-Tomás (1984) o Anna Tena (1994).
Igual que esta última, Saariaho ha utilizado con frecuencia recursos electrónicos e informáticos:
Entre las creadoras que preceden a Saariaho y que componen obras con o sin electroacústica, encontramos a las americanas, Hilda Fanny Dianda (1925), Nancy Van de Vate (1930), Elaine Barkin (1932-2023), Alicia Urreta (1933-1987), Gloria Coates (1934), Alicia Terzián (1934) y Jacqueline Nova (1935-1975). Meredith Monk (1942), Laurie Spiegel (1945), Laurie Anderson (1947), Odaline de la Martinez (1949) y Libby Larsen (1950).
En el continente europeo destacan, Tera de Marez Oyens (1932), Paulina Oliveiros (1932), Teresa Procaccini (1934), Barbara Heller (1936), Constanza Capdeville (1937-1992), Marta Ptaszynska (1943), Joanna Bruzdowicz (1943) y Françoise Barrière (1944). A ellas se suman, la Israelí Ran Shulamit (1949) y la rusa, Sofia Gubaidulina (1931). En este periodo, las compositoras españolas que comienzan a adentrarse en la electrónica son María Luisa Ozaita (1939-2017), Leonora Milà (1942) y Bofill Leví, Anna (1944).
Coetáneas de la compositora finesa son, entre otras, la americana Anne LeBaron (1953), las rumanas, Violeta Dinescu (1953) y Adriana Hölszky (1953), y la suiza, Regina Irman (1957).
Compositoras que siguen esta línea de Saariaho son las españolas, Diana Pérez Custodio (1970), Iluminada Pérez Frutos (1972), Gloria Rodríguez (1972), Montserrat Torras (1973) y Sonia Megías (1982).