Maria Theresia von Paradis (1759-1824) fue una compositora, cantante e intérprete de piano. Invidente desde los tres años, esta circunstancia no le impidió llevar a cabo una gira de conciertos por toda Europa y componer, así como abrir y gestionar su propia escuela de música. Estudió composición con Salieri, y Mozart y Haydn le dedicaron ambos un concierto de piano.
Es contemporánea de la pianista y compositora de origen español Marianne von Martínez, también austriaca. Ambas fueron amigas del propio W. A. Mozart. También de este periodo son la pianista y compositora alemana Juliane (Benda) Reichardt, las hermanas Catalina y Mariana von Auenbrugger, ambas pianistas austriacas, y las compositoras alemanas Corona Schroeter y Anna Amalia, esta última duquesa de Saxe-Wiemar-Eisenach. En esa época, en la corte de Baviera compuso óperas María Antonia Walpurgis y la compositora Anna Bon di Venezia creó música de cámara. Franziska Dorotea Lebrun, en la corte de Manheim, fue primadonna y compuso notable música de cámara.
En el ámbito italiano destacan en ese momento la compositora Rosa Coccia, romana, Mª Teresa D’Agnesi-Pitottini y Maddalena Laura. En el francés, Isabel de Charrière, Amelie Candeille y Hélène de Montgeroult. Y en el Inglés, Elisabetta de Gambarini, Elisabeth Weichsel Billington y Mary Hester Park.
Como predecesoras en el campo de la composición y de la interpretación con instrumentos de tecla podemos recordar a la española Gracia Baptista en el Renacimiento y a la francesa Elisabeth-Claude Jacquet de la Guerre en el Barroco. Por otra parte, continúan su legado una multitud de brillantes compositoras y pianistas posteriores a ellas, entre las que podemos destacar figuras como las de Clara Schumann y Fanny Mendelssohn en el siglo XIX, o la de Lili Boulanger ya en el siglo XX.
En sus composiciones, Paradis utilizaba un sistema de escritura musical para invidentes que inventó el libretista y amigo de la familia, Johann Riedinger. La ayuda de Maria Theresia fue decisiva para Valentin Haüy, apóstol de los invidentes y maestro de Louis Braille, en el establecimiento de la primera escuela para invidentes que se abrió en París en el año 1785.
En definitiva, Maria Theresia fue una apreciada concertista, una prolífica compositora de la que nos ha quedado bastante poca obra y es de resaltar su labora dentro de la pedagogia musical. No solo abrió una escuela de música para niñas ciegas, sino también adecuo el método para aprender música para estas niñas que se encontraban con barreras añadidas, y más en aquella época. Su carrera profesional tiene, por ello, un valor añadido.